"Feminismo para Principiantes"

 ¡Hola a todos y todas!

Como ya sabéis, soy Promotora de Igualdad de Género y hoy os quiero hablar de conceptos básicos que la gente confunde y asocia a connotaciones negativas. También me gustaría hablaros de estos conceptos porque son muy importantes para entender las desigualdades que existen entre hombres y mujeres y poder luchar contra ellas, porque creo que desde la desinformación la lucha no es consistente.

Empezaremos por el concepto de Feminismo, como dice Nuria Varela en su libro "Feminismo Para Principiantes" : el feminismo es un impertinente. Y qué razón tiene; últimamente la palabra feminismo molesta y se ha convertido en uno de los temas tabú en las cenas de Navidad, comidas de empresa o comidas familiares, como el fútbol o la política. Aquí hay una cosa que está clara: o eres feminista o eres machista, no puedes ser neutral, y nunca se es del todo feminista, pero eso es algo de lo que os hablaré en otro post. Lo que quiero decir, es que esta palabra molesta porque rompe con todo. El feminismo busca conseguir igualdad entre ambos géneros, algo que no ha existido nunca. Las sociedades tenemos cultura, costumbres, tradiciones y rutinas que nos hacen ser únicas y cuando algo nos saca de ahí nos volvemos locos. Pues bien, el feminismo pretende romper con tradiciones machistas en todos los ámbitos de la vida para llegar a conseguir esa igualdad de la que os he hablado, por eso molesta tanto. Estamos muy a gusto viviendo como hemos vivido hasta ahora y cuestionarnos comportamientos, leyes y costumbres es algo que conlleva un esfuerzo que debemos hacer para conseguir una sociedad igualitaria. 

Hace un momentito os he hablado de género y no de sexo... ¡ay madre! No os preocupéis que todo tiene una explicación. Sexo y género no son lo mismo. El sexo se refiere a las características biológicas de las personas que hacen que se pueda diferenciar entre varón o hembra. Fin. No tiene más. Y hablamos de género cuando nos referimos a un constructo social que se asocia a cada sexo, es decir, lo que significa ser hombre y lo que significa ser mujer. La diferencia está clara, pero nadie nos informa sobre esto, por eso existe tanta confusión y solemos confundir ambos términos.

Este constructo social del que os he hablado da lugar a dos términos más: roles y estereotipos de género. Aquí se complica un poquito más la cosa. Los estereotipos de género son ideas preconcebidas sobre las actitudes, comportamientos, cualidades, aspecto y apariencia que deben tener hombres y mujeres en la sociedad. Os pongo un ejemplo para que lo veáis más claro: los hombres deben ser fuertes, seguros de sí mismos, líderes, no expresar sus sentimientos, llevar el control, etc., mientras que a las mujeres se las educa para que sean sumisas, obedientes, atentas, lloronas, princesas frágiles... Los roles de género se refieren al papel que deben ocupar hombres y mujeres en la sociedad. El hombre ocupa un rol productivo, con un trabajo remunerado en el espacio público, normalmente con poder y responsabilidad y autoridad o dominación. La mujer ocupa el rol reproductivo, en el espacio doméstico, no remunerado, al servicio y cuidado de personas y bajo una actitud sumisa o dominada. Todo esto es lo tradicional, lo que se ha hecho a lo largo de la historia, lo que no quiere decir que no esté cambiando, aunque todavía nos queda mucho. Claro que hay mujeres trabajando, pero ¿cuántas de ellas tienen una doble jornada? ¿cuántas de ellas tienen un empleo remunerado al que asisten religiosamente y otro empleo cuidando su casa y a sus familias? Y, por último ¿cuántas mujeres no pueden acceder a un empleo por tener que cuidar de sus familiares? Eso es lo que debemos plantearnos. 

Los roles y los estereotipos de género, como ya os he dicho, son ideas preconcebidas que perpetúan desigualdades entre mujeres y hombres y, estas desigualdades conllevan a problemas mucho peores que se llevan vidas femeninas por delante. Por ello, como educadoras y educadores sociales debemos  trabajar para acabar con estas desigualdades, podemos hacerlo de mil maneras y la más importante es la prevención. Debemos educar en igualdad, debemos plantear intervenciones con perspectiva de género. Somos agentes de transformación social y tenemos la responsabilidad de acabar con la desigualdad. Pero ¿cómo podemos hacer eso? Pues primero debemos ser feministas. Suena radical, pero es así. Ya os he explicado lo que significa ser feminista, por lo tanto no veo nada malo en serlo. Y, segundo, debemos formarnos en este ámbito, pues de manera desinformada nunca llevaremos a cabo intervenciones con perspectiva de género. 

Hasta aquí mi post de hoy, ¿os imagináis un mundo en el que hombres y mujeres seamos iguales?

Hoy no os he hablado de mi amigo el patriarcado y su primo el capitalismo o de sexismo, androcentrismo, techos de cristal... pero por aquí os dejo una guía en la que podéis encontrar estos términos para que os vayáis familiarizando y os preparéis para lo que viene.

Un abrazo fuerte y recordad: ¡la educación será feminista o no será! ✊💜

Fuente: Pixabay


Comentarios

  1. Hola Lucía, me ha gustado tu entrada y la reflexión que has hecho sobre este tema, estoy de acuerdo contigo acerca de que ser feminista no es malo, pues en la actualidad ser feminista supone para muchos la superioridad de la mujer sobre el hombre cosa que yo no veo así, sino como tu bien has explicado la igualdad entre hombres y mujeres. También me ha parecido interesante los conceptos de roles y estereotipos de género la verdad que yo no sabía muy bien la diferencia, ahora ya lo tengo más claro gracias por compartir tus conocimientos con nosotros.
    ¡Un saludo!

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    Respuestas
    1. ¡Hola Montse!
      Muchas gracias por tu comentario. Creo que como educadoras sociales debemos aplicar la perspectiva de género en todos lo ámbitos en los que trabajemos en un futuro, para así construir una sociedad más igualitaria basada en el respeto, la tolerancia y la no violencia. Un saludo.

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