Maltrato animal como injusticia social

¡Hola a todos y todas! Hoy comienzo con el juego de roles y os preguntaréis qué es eso...  Pues bien, cada semana me tocará encarnar un rol diferente: comentarista, crítica, player, rastreadora de Fake News y analista. Esta semana soy crítica y consiste, básicamente, en hablar sobre un tema social desde un punto de vista crítico (esto me encanta siempre).

Como educadoras y educadores sociales vamos a trabajar con personas, pero lo podremos hacer de muchas formas diferentes. Entre esas formas, está la de trabajar con animales. Creo que colaborar con refugios de animales o, incluso, hacer actividades en las que usuarios y usuarias tengan contacto con ellos, puede ser muy efectivo a la hora de ayudar a personas con situaciones complicadas

Ahora bien, ¿debemos abarcar el maltrato animal como injusticia social como educadores sociales? Yo digo sí. Desde mi punto de vista, en nuestra profesión hay valores morales que deben estar presentes en todas las personas que la ejercen y aunque parezca algo lógico a simple vista, no todo el mundo que se dedica a esto los tiene. 

Entre esos valores de los que hablo están el rechazo del racismo, del sexismo, de la xenofobia, del machismo, de las desigualdades e injusticias, entre otros. Pero en el que me voy a centrar hoy es en el del respeto y el buen trato de los animales.

El pasado 5 de enero entró en vigor la ley 17/2021 de modificación del Código Civil, la Ley Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento Civil, sobre el régimen jurídico de los animales. Una ley de protección animal con la que dejan de ser considerados cosas y pasan a ser seres vivos dotados de sensibilidad. 

Esta ley ha traído consigo una gran polémica, sobre todo entre las personas que tienen rehalas. Para las personas que no lo sepáis, las rehalas son jaurías de perros destinados única y exclusivamente a la caza. Evidentemente, hay rehaleros que tienen bien cuidados a sus perros, pero otros que no. Pero en este post no me voy a meter con la caza. 

Desde mi opinión, era necesaria una ley que trajese consigo derechos para los animales, pues las cifras de abandono y maltrato cada vez aumentan más y nadie hace nada. Los animales no se pueden defender ni expresar con palabras y por ello, creo que son muy vulnerables. Además, los considero seres inocentes que no se merecen ningún tipo de maltrato. Por ello, creo que las penas para aquellas personas que maltraten, abandonen o maten animales deben endurecerse. También creo que se les debería señalar públicamente y no permitir que vuelvan a tener animales nunca más. Por no hablar de la gente que tiene criaderos de animales en malísimas condiciones de higiene y salud para vender crías a precios desorbitados o la que se dedica al tráfico de animales exóticos, apartándolos de su ecosistema y condenándolos a la muerte en un clima al que no están acostumbrados y a una vida en cautiverio. 

Me parece fatal que socialmente se considere a los animales como inferiores a los humanos, pues nos han demostrado muchas veces, haciendo excepciones, que tienen un gran corazón y una gran inteligencia. ¡Incluso los utilizamos en rescates de personas!

Para concluir, me atrevo a decir que quien no trata bien a los animales no es una buena persona. Como educadores y educadoras sociales tenemos el deber de transformar la sociedad y de hacer del mundo un lugar mejor y debemos transmitir el buen trato y el respeto hacia los animales en nuestras intervenciones.